¿Quién es Casandra y por qué grita?

En la mitología griega Casandra fue hija de los reyes de Troya y sacerdotisa del templo de Apolo con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, la sacerdotisa rechazó el amor del dios. Éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: Casandra seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.

Tiempo después, Casandra previó la caída de Troya y todo por lo que luchaba, pero le fue imposible prevenirlo: tal era la maldición de Apolo. Pese a su anuncio repetido e insistente de la inminente desgracia porvenir, ningún ciudadano ni sus propios padres dieron crédito a sus vaticinios.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Las perversas declaraciones del secretario Galván Galván

Dicen que si Kafka escribiera en México, sería un escritor de cotidianidades. Durante la celebración del 98 aniversario de la Marcha de la Lealtad[1] en el Castillo de Chapultepec, el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, pronunció un muy particular discurso (el único de la tarde) frente al presidente Calderón y su gabinete. Sin necesidad de buscar entre líneas, las palabras pronunciadas por el secretario (militar) revelan una concepción sociológica muy preocupante sobre la grave situación de inseguridad que vive nuestro país. El titular de esta dependencia dijo que:

"No puede ser ciudadano, esposo, padre o hijo leal a la familia si se cruza la puerta del hogar para envenenar a sus semejantes con drogas, para privarlos de la libertad o para asesinarlos".
Impresionante. Utilizando una retórica muy propia del argot militar, el secretario de la Defensa (sic) desconoce la personalidad jurídica que el Estado mexicano brinda -ineludiblemente- a sus habitantes al reconocerlos como ciudadanos (con pleno goce de derechos y obligaciones) si estos deciden delinquir en contra de sus semejantes. Así, simplificando al desenvolvimiento de los seres humanos en nuestra esfera social, para Galván Galván los individuos tomamos todos por igual decisiones razonadas sobre nuestras acciones sopesando los costos y esperando beneficios que superen estos costos. Nada mas, nada menos, por lo que si decides delinquir es causa necesaria y suficiente para que todo el peso de la ley caiga sobre ti y te despoje de cualquier "revestimiento" jurídico  que pueda protegerte debido a que tu primero rompiste este equilibrio al delinquir. Así, sin importar la influencia del constructo social que gira alrededor de nosotros y la manera en que esto determina nuestro modelo subjetivo para el procesamiento de la información, el secretario Galván revela un preocupante maniqueísmo, típico en esta administración: “O estás con nosotros, o estás en contra.” La comprensión del fenómeno de lo social es tan limitada, miope y desconcertante que esto nos invita a una reflexión.

Si esta administración pretende superar el problema tan grave de delincuencia organizada que padece nuestra sociedad (el cual al parecer no figura entre las prioridades), una aproximación mucho más responsable debe hacerse. Ser responsable significa asumir cargo de culpa (sin la carga judeocristiana que ineludiblemente cae sobre este concepto) por nuestros actos y el resultado que de ellos resulte. ¿Esta administración dará el espaldarazo a una tan flagrante concepción del estado de derecho mexicano como esta, o se le exigirá responsabilidad sobre las repercusiones tan nefastas que este plan de acción trae? Nos inclinamos a pensar que, de manera implícita (por negligencia o ignorancia supina), la colusión entre los secretario de estado ha dado el espaldarazo necesario para que, de manera concreta y material, la administración de Calderón permita más de 34,000 muertes pero matizando que de estas, “las menos” son las bajas civiles.


Las relaciones e interacciones por parte de los individuos constituyen a la larga un entramado que puede identificarse como social. Cuando las interacciones entre los individuos tienden a ser dañinas aún para los individuos mismos que participan dentro de estas (contra toda lógica racional), es necesario revelar la influencia de factores mucho más generales –y por lo tanto, difusos y abstractos- que lleven a los individuos a comportarse de esta manera. Indagar para encontrar más preguntas –por más incómodo que pueda resultar a la pretensión de lograr una administración perfectamente tecnificada- y así obtener respuestas que puedan ayudarnos a resolver de mejor manera los problemas que aquejan a nuestra sociedad, al parecer no está dentro de las prácticas de nuestros llamados “políticos”. En vez, la superficialidad con la que abordan  al fenómeno de lo social (en este caso, el de la delincuencia) en una simulada búsqueda por respuestas, es tan penosa como perversa. Una vez más (señalamos este evento en “¿Afecta la violencia a la economía del país?” publicada en este mismo blog) las carteras ministeriales del gobierno son utilizadas como filtro para la política de seguridad del presidente Calderón. Haciendo uso de la autoridad que el Ejército tiene en la sociedad mexicana (junto con la iglesia y las universidades, es de las instituciones con mayor credibilidad entre los mexicanos), se busca difundir una idea de “apoyo general” hacia la estrategia del gobierno. ¿Dónde más he visto esto? ¡Claro! Es el principio número 8, de los 11 que escribió el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels:

  1. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. (se pueden consultar los otros 10 en la siguiente liga, http://es.wikipedia.org/wiki/Propaganda)
Concluyo con una reflexión ajena (Petersen, http://www.planospolíticos.blogspot.com/) pero con la cual estoy enteramente comprometido: mientras este país se siga entendiendo a sí mismo como un país en donde debe reinar un Estado de Derecho (el erizo en la fábulo de Arquíloco), a contraposición de un Estado de Derechos (la diferencia es brutal en cuanto al reconocimiento de la pluralidad y la diversidad al interior de un régimen que reconoce y vela por la seguridad jurídica que merecen), seguiremos experimentando los rasgos del “autoritarismo blando” que lo caracterizaron por todo el siglo XX. Y así entramos al siglo XXI…


[1]El 9 de febrero de 1913, el presidente Francisco I. Madero fue advertido de un cuartelazo contra su gobierno, fraguado desde las filas del Ejército. El presidente Madero se reunió al pie del cerro de Chapultepec con los cadetes del Heroico Colegio Militar y los gendarmes congregados por el gobernador de la Ciudad de México,González Garza.Juntos emprendieron la marcha hacia Palacio Nacional; recorrieron Paseo de la Reforma y entraron victoriosos a la sede del gobierno. Este hecho ha pasado a la historia como “la marcha de la lealtad” y se conmemora todos los años en el Heroico Colegio Militar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario