¿Quién es Casandra y por qué grita?

En la mitología griega Casandra fue hija de los reyes de Troya y sacerdotisa del templo de Apolo con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, la sacerdotisa rechazó el amor del dios. Éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: Casandra seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.

Tiempo después, Casandra previó la caída de Troya y todo por lo que luchaba, pero le fue imposible prevenirlo: tal era la maldición de Apolo. Pese a su anuncio repetido e insistente de la inminente desgracia porvenir, ningún ciudadano ni sus propios padres dieron crédito a sus vaticinios.

domingo, 20 de enero de 2013

Grito de Independencia: entre la farsa y la tragedia


Viene el 16 de septiembre y con él un año más del inicio de la lucha por nuestra independencia. Año con año, el Gobierno Federal rememora esta fecha con el tradicional “grito” en el Palacio Nacional. De esta manera, se refuerza una costumbre, una particular tradición y  se exaltan los valores de patriotismo y lealtad en el imaginario colectivo de cualquier mexicano y mexicana, todos considerados como deseables dentro del imaginario colectivo. “¡Vivan los héroes que nos dieron Patria!”, se corea tradicionalmente en la emulación del grito de independencia. Esta sentencia la hace el Presidente y los gobernadores de los Estados de la República en el zócalo tanto capitalino como de cada una de las capitales estatales. A esta sentencia tradicionalmente los asistentes presentes responden “¡Viva!”. En este ritual podemos identificar, parafraseando a Marx en su 18 Brumario, primero una farsa y luego una tragedia muy mexicanas. 

¿Cuál es la farsa? La farsa recae en que políticos y gobernantes corruptos de todos los partidos políticos (Humberto Moreira por el PRI en el caso de la deuda en Coahuila, Miguel Ángel Mancera por el PRD en el caso del News Divine, el mismo Felipe Calderón por omisión y negligencia para combatir el lavado de dinero eficazmente) no tienen el más mínimo dejo de vergüenza frente a sus electores y ostentan una actitud de despreocupación sólo comprensible dentro de los estándares de trastornos psicopatológicos. En cualquier lugar del mundo en donde exista una democracia medianamente consolidada, los atropellos que en este país vivimos por parte de una clase política enteramente divorciada de la ciudadanía serían, casi por oficio, procesadas por ley hasta llegar a una sentencia –en materia penal o civil- que finque responsabilidades jurídicas a quienes usan y abusan del poder público. Pero, como en este país la dimensión simbólica de lo político sólo vale en la medida en la que ésta se traduce en un fenómeno de “percepción” y, además, esta puede ser modificada utilizando un enfoque gerencial (como cuando se intenta hacer un posicionamiento de marca, o branding), hace basta sólo revertir cómo se están diciendo las cosas (marketing político) y no el cómo se están haciendo (política de Estado) para salir del problema. “Total, siguen votando por nosotros, ¿para qué cambiar?”

¿Cuál es la tragedia? La tragedia está el mecanismo psicológico racional que todos los seres humanos poseemos y que Jon Elster ilustra maravillosamente bien con la fábula de la zorra y las uvas amargas. Una zorra intenta desesperadamente hacer que las uvas que cuelgan de un árbol caigan para poder comerlas. La zorra utiliza todos los recursos a su disposición para poder hacer que las uvas caigan: le pega al árbol, sacude el tronco, salta para intentar alcanzarlas, todo sin éxito. Ante la frustración de la zorra al no poder alcanzar las uvas, ésta se retira diciendo: “¡Bah! al cabo que están amargas y ni las quería…” Con esto Elster demuestra que los seres humanos somos reacios a la frustración y que por consiguiente hemos desarrollado un mecanismo llamado de “preferencias adaptativas”: tendemos a nivelar nuestras expectativas a nuestras posibilidades. Queremos lo que podemos tener. Esto es lo que le pasa el pueblo mexicano. Hemos aprendido a nivelar nuestras expectativas del gobierno a lo que tenemos, acostumbrándonos al despilfarro, al abuso y al saqueo como algo normal sólo porque así ha venido siendo siempre. La sociedad civil mexicana está adormecida porque no se le ha ofrecido –ni ella ha buscado generar- nuevos horizontes de lucha. 

Se ha perdido el simbolismo original de esta fiesta. Basta ya de figuras vacías y de discursos oxidados. Basta ya de ciudadanía indolente y sociedad civil complaciente. En este contexto, es momento de revalorar verdaderamente la dimensión simbólica de la política. Y aquí es donde el movimiento #YoSoy132 tuvo, tiene y seguirá teniendo vigencia. 

Es hora de “crear Patria” y de vivir a la altura de los ideales de quienes dieron su vida para ofrecer una nación libre y soberana a las generaciones venideras. Los ideales de justicia, libertad y prosperidad del movimiento #YoSoy132 puede lograr que la ciudadanía desarrolle  nuevas propuestas de acción. Si no se empieza a tejer una alianza social lo suficientemente fuerte como para ejercer presión a los políticos mafiosos que desde siempre llegan y desde siempre se van limpios de toda culpa, no vamos a alcanzar a ver el país libre y democrático que necesitamos. La acción política debe estar acompañada de una agenda social, tal y como se hizo en Italia las más de 1,300 células sociales para posicionar la ley de confiscación patrimonial a la delincuencia organizada con uso social por parte de la organización LIBERA. 

En la Asamblea Local de los estudiantes involucrados en el movimiento #YoSoy132 del ITAM, pero también las Asambleas Locales de más de 20 universidades públicas y privadas, estamos trabajando en distintos proyectos tales como una nueva Ley de Medios, una Reforma Política Integral, la Mesa de Migración que incluye los temas de Desplazamiento Interno, así como un proyecto de Seguridad Humana en donde participan distintas organizaciones civiles mexicanas, asociaciones internacionales como la ya mencionada LIBERA, y académicos de renombre por su conocimiento y experiencia en el tema como lo son el profesor Edgardo Buscaglia. Todo esto con el afán de transformar a México. Y no es necesario que nadie nos vote, no es necesario que nadie nos ratifique. 

La idea del #YoSoy132 es más grande que la de la organización política (por mencionar a la más grande Asamblea del país, la Asamblea General Interuniversitaria). Esa idea que nos llevó a la protestar en una universidad un 11 de mayo; nos llevó a la calle frente a las instalaciones de Televisa San Ángel y Santa Fe un 18 de mayo; nos convocó de manera espontánea a la Estela de Luz a más de 20,000 personas un 23 de mayo, así es como debemos pensar al #YoSoy132: la idea política más grande e importante que ha tenido nuestro país en las últimas décadas y que puede representar la oportunidad dorada de hacer por fin de este país un país de leyes y de derechos. 

Igual y como Hidalgo dio el grito en Dolores la noche del 15 de septiembre pidiendo la muerte del mal gobierno, así nosotros hacemos lo propio exclamando:
¡Por una democracia auténtica,
#YoSoy132!

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