¿Quién es Casandra y por qué grita?
En la mitología griega Casandra fue hija de los reyes de Troya y sacerdotisa del templo de Apolo con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, la sacerdotisa rechazó el amor del dios. Éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: Casandra seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.
Tiempo después, Casandra previó la caída de Troya y todo por lo que luchaba, pero le fue imposible prevenirlo: tal era la maldición de Apolo. Pese a su anuncio repetido e insistente de la inminente desgracia porvenir, ningún ciudadano ni sus propios padres dieron crédito a sus vaticinios.
domingo, 20 de enero de 2013
"Haiga sido como haiga sido", estamos en la cloaca
Los resultados de las
instituciones de procuración de justica (así, con minúsculas) que deja la
administración del ex-presidente Calderón son equivalentes a los de países como
Pakistán y Guinea Ecuatorial. Después de 6 años de haber implementando al vapor
una política pública para combatir a la delincuencia organizada “sin excepción”
basada en la persecución y el espectáculo. El país se encuentra en pleno estado
de degradación por más economía “fuerte” que tengamos, por más sistema de salud
universal “fuerte” que hayamos alcanzado, o por más “semillitas” que el
Gobierno Federal haya sembrado para las generaciones futuras. “Haiga sido, como
haiga sido”, el país está en la cloaca.
Y entonces, regresa el PRI a la
Presidencia… Con Enrique Peña Nieto, regresa a Los Pinos el partido político
con “experiencia probada, pero con nueva actitud”. Regresa al Gobierno Federal
los “constructores de instituciones y los hombres de Estado que guiarán a la
República en el camino de los ideales de democracia y justicia social”. El
Presidente de la República nos invita a mover a México (¡imagínate!), porque sí
se puede #yasí , todo con una música
de fondo espectacular. Esa es la retórica oficialista hoy.
¿Y cómo no va a encandilar eso?
Dejamos de escuchar a un megalómano que, frente a reportes sustentados en
evidencia empírica y frente a los reclamos desgarradores de madres de familia,
se empecinó en mandar una señal de autismo político y necedad a la sociedad
mexicana. “Es mi estrategia, mi lucha,
mía, ¡MÍA! Mi preciosa…” Los informes de gobierno (mejor dicho, los spots
publicitarios de la sexenal tragicomedia) estaban todos enfocados en hacer ver
al Presidente Calderón como un hombre de Estado, que supera las adversidades y
está dedicado a dejarlo todo por los mexicanos. Claro. Sí. Era muy cierto. Dejó
todo al irse, acto seguido de entregar la banda presidencial, a la ciudad de
Boston con esposa e hijos para empezar su carrera docente en la Universidad de Harvard.
Ante este escenario, el PRI la
tiene re-fácil. En serio, re-ga-la-da. El presidente Enrique Peña Nieto sabe
que con muy poco puede congraciarse con una población dolida y atropellada. Como
nuestra barra de expectativas está muy abajo, cualquier cosa –por pequeña que
sea- es buena ante el atolladero de país en el que nos encontramos. Y el
Gobierno Federal lo sabe. ¿Cuál es esta acción, sencilla pero contundente, que
el Estado mexicano debe lograr conseguir para ganarle la lucha a la opinión
pública?
Disminuir la violencia .
“El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, señaló que la violencia en el país se ha incrementado
a tal grado que las ejecuciones son la segunda causa de defunción en México”.
http://www.adnpolitico.com/gobierno/2012/12/17/osorio-lamenta-alza-en-la-violencia-durante-los-ultimos-anos
Este fenómeno fue señalado
extraordinariamente bien –como acostumbra en estos temas- en su más reciente artículo José Merino (http://www.adnpolitico.com/opinion/2012/12/19/jose-merino-los-muertos-en-el-inicio-de-sexenio-de-pena).
En este país sigue habiendo asesinatos presuntamente vinculados a la
delincuencia organizada, y muchos. Por lo tanto, si el Gobierno Federal logra
reducir la violencia (porque es sólo
una y la que ellos dicen que es) el camino que asegura un gobierno exitoso para
el presidente Enrique Peña Nieto estará asegurado (o eso creen ellos). Sin
embargo, esta sería una victoria únicamente frente a los errores de la
administración anterior. Explico.
Sería una victoria precisamente
por que resolvería el problema que no pudo lograr Calderón (reducir la violencia).Sin
embargo, esto terminara siendo aún más contraproducente para el país. Para
poder considerar una política pública en contra de la delincuencia organizada
como eficiente y eficaz se debe considerar el siguiente análisis:
La violencia (fetichizada con la tasa de homicidios por cada 100,000
habitantes y que deja fuera la violencia patrimonial, sexual y psicológica, por
ejemplo) generada en el país es el peor resultado no deseado (subproducto) de
una política pública mal diseñada para resolver un problema aún mayor y que
permanece intacto: la delincuencia organizada.
Sí se emprendiera una verdadera
política para la desarticulación de las organizaciones criminales se trabajaría
no sólo en entrenar más policías y desplegar más soldados a las calles, sino
que también se impondrían controles patrimoniales (ej. Unidad de Inteligencia
Financiera), jurídicos (ej. servicio civil de carrera a jueces), políticos (ej.
una fiscalía especializada anticorrupción con plena autonomía) y sociales (ej. programas
de prevención social y no sólo de prevención del delito) los cuales han
resultado eficaces en todas las
experiencias internacionales en las que se han desarrollado.
Las cifras presentadas por el
Secretario de Gobernación Osorio Chong hace unas semanas dan razón a este
punto: “El secuestro se incrementó en
83%; el robo con violencia, 65%; la extorsión, 40%; los delitos sexuales, 16%;
el robo en carretera, más de 100%; el robo de vehículos asegurados se ha
duplicado”. Este tipo de fenómenos parecieran no ser violencia y ser
utilizados únicamente para “catastrofizar” la situación de inseguridad en el
país. O empezamos a poner esto claro y
presionamos para que el gobierno
disminuya toda la violencia relacionada a la delincuencia organizada, o
nos va a cargar el payaso otro sexenio más.
Reducir los homicidios –y decir
que con ello se ha resuelto el problema de la violencia en el país- es una acción que
poco compromete a un gobierno (ya que es sobre simplificar el problema
estructural al que se enfrenta México), desconoce las otras dimensiones
sociales en las que la violencia también existe y termina por beneficiar mucho
a los grupos criminales (las tasa de retorno de sus actividades económicas
aumentan al no tener que dedicar tiempo, dinero y recursos humanos a combatir a
policías y soldados que los entorpecen). El diablo está en los detalles.
Por lo tanto, ningún resultado en
contra de la delincuencia organizada puede ser considerado como verdaderamente eficaz
si no se reduce la incidencia delictiva en uno o todos los 22 mercados ilícitos
( Citar este artículo, http://www.adnpolitico.com/opinion/2012/10/15/attolini-los-22-delitos-del-crimen-organizado-mexicano ) a los que se dedica la delincuencia
organizada. Lo demás, es choro mareador. Hay que seguir insistiendo en que el
gobierno debe actuar con responsabilidad y dejar sus aspiraciones electorales
de lado. Si vamos a “mover a México”, que sea en la dirección correcta.
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