Obama y "la defensa del mundo libre": caso Guantánamo

Reduciendo al absurdo, a Obama ya no le gustó ser el demócrata come-flores que se preciaba de ser para ahora convertirse en defensor de un mundo libre (este imaginario estadounidense que se remite hasta el Destino Manifiesto, la Doctrina Monroe y el corolario de Olney), ahora que se anuncia la reanudación de los tribunales militares en ese agujero olvidado por Dios llamado Guantánamo. El presidente Obama, en contraposición a lo que fue su primer acto oficial de gobierno -ese 22 de enero de 2009-, ha reabierto los procesos “judiciales” (barbaridad con disfraz de justicia) que se llevan a cabo en la cárcel de Guantánamo, en donde unos 170 presos están detenidos bajo presuntos o probados nexos con el terrorismo y a la espera de una sentencia o de que finalice el proceso judicial (sic), entre otros tantos que están simplemente “detenidos de manera indefinida”. ¡Válgame!

170 personas están recluidas en el penal de Guantánamo. La promesa de campaña del presidente Obama de cerrar la cárcel se vio frustrada por las siguientes razones: “el hecho de que muchos países extranjeros hayan eludido acoger a los reos capturados en Afganistán; la negativa de los Estados norteamericanos de aceptarlos en sus prisiones, y las dudas del sistema judicial civil de cómo juzgar a esos reos, muchas de cuyas confesiones fueron obtenidas con métodos que bajo la legislación norteamericana se considerarían como tortura”, tal y como lo reporta el diario El País en su nota de hoy. ¿Cómo es posible que existan dudas sobre la manera de procesar a reos cuyas declaraciones fueron obtenidas por medios que “podrían ser” considerados como tortura? El gobierno estadounidense rompe, viola o simplemente ignora las mismas libertades las cuales ha jurado defender para sus propios ciudadanos. Los estadounidenses gozan de libertades por las cuales estarían dispuestos a morir defendiendo al otro lado del mundo, pero en las costas de Cuba en una cárcel -de proporciones tan inhumanas sólo comparable con su otra hermana podrida, Abu Ghraib- hacen como “si la virgen les hablara”. ¡Infame!

Ineludiblemente este acontecimiento tiene que ser analizando dentro de un horizonte temporal que contemple en última instancia la candidatura del presidente Obama a la reelección presidencial el año que entra. Después de los descalabros sufridos en estos años (rescate bancario, reforma de salud, perdida de la mayoría en las Cámaras) Obama hace un giro en su estrategia con miras a alcanzar un nuevo mercado de electores hasta ahora ignorado. ¿Cuál es este mercado? Los “defensores del mundo libre”, los llamo yo. Los votantes dentro de este mercado son aquello estadounidenses que dentro de su modelo teórico referencial están incrustadas las virtudes, la misión y el destino del pueblo americano (sic) con respecto al resto del mundo. Esto es patente, por lo general, en los miembros del partido Republicano (con sus debidas proporciones). La virtud por excelencia es la libertad, la misión es esparcirla por todo el mundo como pilar fundamental en la conformación de las sociedades de todo el mundo y el destino, ser ellos los portadores de este faro de luz hasta las más recónditas y oscurecidas regiones del mundo.  ¡Maldita soberbia!

El “casco kantiano” de Obama (por usar un símil de la filosofía) se ha de estar resquebrajando en pedacitos en este momento. Explico. Las aspiraciones que fueron puestas sobre un hombre, esperando que éste fuera capaz de dar un giro de 180 grados (estoy exagerando) a la política exterior estadounidense después de casi una década de odio y violencia (sigo exagerando) fueron completa y rotundamente sobrevaloradas (estoy siendo realista). Obama por más extraordinario que haya sido su campaña, el actualmente ostenta el cargo de Presidente de los Estados Unidos de América y con ello, la carga de un tremendo imaginario colectivo y una práctica institucional que necesariamente encauza al hombre en un camino predeterminado. Con un Premio Nobel de la Paz otorgado sin haber hecho realmente… nada… Obama es una contradicción de ideales andante. Para reestructurar este resquebrajamiento, opta por acciones mucho más pragmáticas y, a mi parecer, electorales. Nunca creía capaz a Obama de ser el parteaguas en la política exterior estadounidense y lo constatan mis intervenciones en foros especializados en esta materia en el ITAM en enero de 2009, pero no soy yo el primero en sentirse así. ¿Recuerdan a un griego buena onda que escribió unos libros de su maestro y tutor en donde decía estar decepcionado de los hombres por no ser capaces de garantizar la trascendencia del buen gobierno tal y como las leyes sí? Bueno, misma historia sólo que diferentes épocas. Hoy por hoy, Obama ha encontrado que Guantánamo es un mal necesario que necesita recorrer en su camino a la reelección en 2012.
¿Hasta cuándo esta complaciente tolerancia con la denigración de la condición humana?