¿Quién es Casandra y por qué grita?

En la mitología griega Casandra fue hija de los reyes de Troya y sacerdotisa del templo de Apolo con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, la sacerdotisa rechazó el amor del dios. Éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: Casandra seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.

Tiempo después, Casandra previó la caída de Troya y todo por lo que luchaba, pero le fue imposible prevenirlo: tal era la maldición de Apolo. Pese a su anuncio repetido e insistente de la inminente desgracia porvenir, ningún ciudadano ni sus propios padres dieron crédito a sus vaticinios.

jueves, 10 de enero de 2013

La (absurda) tragicomedia postelectoral


El debate público actual en torno al resultado de este proceso electoral está plagado  de deficiencias sustantivas importantes. Esto deja al absurdo como el común denominador de las discusiones políticas. Este a su vez revela una pobreza intelectual por parte de nuestros actores políticos para resolver cualquier tipo de crisis y cómo las instituciones actuales son causa y efecto de esa misma pobreza.  El mejor ejemplo hasta el momento es el desahogo de pruebas hecho ante Consejo General del IFE la semana pasada en el caso concerniente a la denuncia hecha por el Movimiento Progresista por el presunto uso de propaganda encubierta para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en su tiempo como gobernador del Estado de México, así como el desvío de fondos para el financiamiento de la misma. Se entiende que al buscar que cualquier tipo de argumentación sobre una causa se sostenga por la vía legal, es necesario que esta argumentación alcance el objetivo de convencer “más allá de toda duda razonable”. 

El actuar tanto del  Movimiento Progresista como del IFE son las dos caras de la misma moneda del absurdo del que comento anteriormente. El primero porque como actor político este se desenvuelve  con una actitud tacaña en lo concerniente a la investigación, recopilación y verificación de la evidencia necesaria para su caso; y el segundo porque como institución política esta ha generado un esquema de reglas y procedimientos que no sólo permite sino que gesta a los actores políticos para desenvolverse así. Ante tal escenario, naturalmente quien sale beneficiado de esta situación es Televisa por lo poco que le exige –intelectual y materialmente hablando- desestimar esta situación y  armar su defensa. Esto lo explico a detalle (y con una sobredosis de sarcasmo) a continuación.

Para el Movimiento Progresista el historial de conversación de Loret de Mola con una de las colaboradoras de su equipo en 2005 en las que “confirmaba” la existencia de propaganda encubierta de Peña Nieto es una prueba contundente. Ellos verdaderamente creen que esto representa una pieza de evidencia sólida que les puede ayudar a que su caso prospere. No es necesario hacer una investigación quirúrgica de los registros financieros tanto del Gobierno del Estado de México como de Televisa para corroborar que en efecto exista una entrada y salida de dinero que no esté debidamente justificado y que pueda resultar sospechoso en este sentido. No, ¿para qué? Si con el historial del chat entre dos personas es posible revelar y desmantelar esta estrategia política perversa del consorcio mediático más poderoso de habla hispana, el cual –seguramente- no estará preparada para tan poderoso embate. ¿Cuál viene siendo la respuesta de la empresa? Por supuesto, algo igualmente brillante: remitir a la carta escrita por el puño y letra del aludido la cual fue enviada a Carmen Aristegui en la que se desestima esa acusación por ser falsa… porque él lo dice así. ¡Válgame! Pienso que el Movimiento Progresista no esperaba que se utilizara este nivel de sofisticación por parte de Televisa.

Sin embargo, el Movimiento Progresista disponía de más recursos de información. El contragolpe lo hace utilizando la investigación del periodista Jenaro Villamil sobre la existencia de un presunto plan de acción –de este del que hablaba Loret de Mola- para favorecer a Peña Nieto y el reportaje del periódico The Guardian que –de manera paralela- lo sostiene. Para esto, es necesario decir que el Movimiento Progresista es un partido muy considerado. Es por ello que buscó reducirle a los Consejeros Electorales el tiempo necesario para sopesar la evidencia presentando -en vez de enormes expedientes integrados con complicadísima  evidencia que detallase sobre el origen y la ruta seguida de esta supuesta estrategia-, fotocopias de lo que ellos consideraron relevante. Menos es más y ellos lo entienden muy bien.  Esta presentación de evidencia sin duda busca rasgar la toga de corrupción de la empresatriz Televisa para que así, de una buena vez, todo el pueblo de México pueda decir que, en efecto, ella va desnuda. Firme y segura de sí misma, Televisa responde que al no presentarse ningún tipo de fuente primaria, de ninguna manera eso podía considerarse una pieza de evidencia seria. La acusación queda en mera retórica porque la “evidencia” (y la digo entrecomillado), al no presentarse de manera adecuada, no prospera. Ay si, ¿no? Ahora resulta que el Movimiento Progresista necesita rigor en su investigación, como si la evidencia con carácter científico fuera necesaria. Bueno, pues ¿de qué se trata? ¿Que no se supone que la manera de hacer acusaciones es haciendo la suficiente alaraca como para que te pongan atención?

Pues al parecer no, porque sin importar que uno haya hecho más o menos alaraca Televisa siempre fue imparcial en su cobertura. La cobertura mediática realizada a Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y a Marcelo Ebrard en el periodo que va de 2005 a 2011 resulta ser éste último el más favorecido. Ebrard fue quién más tiempo apareció en televisión y esto demuestra clarísimamente que Televisa no tiene de ninguna manera una estrategia oculta para favorecer a Peña Nieto. Según el equipo de defensores de Televisa, esto debido a que si y sólo si un candidato aparece en la televisión más tiempo que otros es que puedes decir que hay una estrategia política perversa operando detrás de él o ella y claramente ese no es el caso de Peña Nieto. De la misma manera, el equipo de Televisa señaló que la cobertura realizada por Televisa en el periodo de campañas presidenciales a los candidatos fue completamente equitativa. A Josefina Vázquez Mota Televisa le dedicó el 26.81% del tiempo total, a Enrique Peña Nieto el 26.68%, a Andrés Manuel López Obrador 26. 41% y a Gabriel Quadri de la Torre el 20.10% del tiempo. El margen de diferencia entre Vásquez Mota y Peña Nieto es tan pequeño que no se puede deducir por lo tanto que haya habido una estrategia para favorecer a un candidato o a otro. ¡La premisa sociológica de Televisa se cumple! Más tiempo en tele es igual a ganar la presidencia y como dos candidatos tienen casi el mismo tiempo de cobertura y sólo puede haber un presidente… De esta manera queda demostrado que el pueblo de México no fue manipulado, engañado, coaccionado u obligado a votar y eligió de manera libre y democrática al próximo Presidente de México sin que Televisa tuviera algo que ver. 

Y así, después de un debate de tan elevado calado, el Instituto Federal Electoral –la joya de la corona institucional de nuestro país- aprueba con ocho votos a favor y uno en contra una resolución que determina la falta de elementos e indicios para comprobar adquisición ilegal de tiempos de radio y televisión por parte de Peña Nieto. ¡Una victoria para la democracia mexicana! Queda demostrado que en la deliberación pública, siempre prevalecerá el mejor argumento. Y hasta aquí los hechos.

Se dice que el sonido que emitimos los seres humanos al reírnos tiene un equivalente en varias especies distintas de chimpancés. Este sonido es utilizado por estos animales como señal de alerta al momento de percibir algún peligro inminente a la redonda. Es fácil trazar nuestro antecedente animal al observar estas conductas. Dicho lo anterior, ahora entiendo porque cuando observo cómo se desarrolla el tan absurdo debate post electoral en México no puedo más que emitir una carcajada nerviosa al pensar en nuestro futuro inmediato como país. Mientras el divorcio entre los agentes políticos y la ciudadanía siga existiendo (prueba de ello el debate anterior) no superaremos la debacle actual que como proyecto de país tenemos. Y mientras la sociedad civil no se organice, seguiremos viendo al país desplomarse como eso: changüitos amenazados.

(Con información de http://goo.gl/PsyZ4 y http://ht.ly/d3dwL )

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